Hemos podido observar, en los ejercicios de escucha
realizados en clase, el “tono” de la energía con el que se enfocaba la
relación. Recordemos que la “conexión” con las otras personas se hace mediante
un intercambio de energía y que la energía siempre va acompañada de una actitud
y una intención. La actitud y la intención conforman el “tono” de la energía.
Hemos comentado las siguientes estrategias para mejorar
nuestras relaciones: Escuchar; Apreciar y valorar a las personas; Creer en ti;
Reír con las personas; Aceptar a las personas. En todas nuestras propuestas
destacaremos la predisposición y la intención que conformarán el ”tono” de esa
estrategia.
Escuchar.
- Predisposición para comprender al otro. Cuando alguien
se siente comprendido entra en un estado de alivio, de tranquilidad y de paz
interior.
- Intención de entender al otro. Determinación de la voluntad para
entenderlo.
Todos necesitamos ser escuchados. Necesitamos contar
nuestros triunfos, logros, retos o estado por el que estamos pasando. Escuchar
no significa oír. Significa estar atento y tratar de comprender realmente lo
que la otra persona nos quiere decir. Significa no crear un juicio acerca de la
opinión de nuestro interlocutor, ni soltarle una retahíla de cosas que podría
hacer. Significa
ser sensible y solidario al sentimiento de la otra persona, festejar sus
logros, comprender sus ideas y darle espacio para resolver sus retos.
Sobre todo, entender perfectamente bien su punto de vista y mirarlo a los ojos
cuando te habla.
Apreciar y valorar a las personas.
- Predisposición para ver el lado positivo de las personas.
- Intención de ser honestos y tratar con equidad.
Los seres humanos estamos deseosos de reconocimiento.
Dale valor a las cosas que hacen los otros. Felicítalos por el éxito que están
teniendo, reconoce que lo que están haciendo realmente es algo bueno, valioso,
digno de aplaudirse o de admirarse. Encuentra siempre algo positivo en tu
interlocutor y haz que lo note y que resalte.
Creer en ti.
- Predisposición para creer que eres capaz de manejar
cualquier situación que se te presente en la vida.
- Intención de alcanzar tus propias metas, perseguir tus
propios sueños y utilizando tu propio conocimiento y habilidades. Ponerte en el
lugar del otro.
Así podrás creer en las personas que se encuentran a tu
alrededor.¿Cuántas personas habrán triunfado, vencido un reto o
alcanzado un gran sueño porque alguien algún día creyó en ellas? Mira más allá
del rostro, atrévete a penetrar en el corazón de las personas y descubre lo que
ellas aún no se han descubierto. Encuéntrales algo que sabes que es único y que
si lo aprovechan, lograrán trascender. Encuéntralo y díselo.
Reír con las personas.
- Predisposición para compartir la alegría.
- Intención de hacer agradable el encuentro, llenarlo de
bondad y afecto.
Una sonrisa brinda calidez, rompe el hielo y crea empatía
con las personas. Algunas veces nos encontramos tan inmersos en la
cotidianidad, que olvidamos disfrutar los pequeños y grandes momentos que la
vida nos regala. Aprende a sonreír y a reír con las personas, pero nunca te
rías de ellas, ni a solas, ni delante de otras. Crea momentos gratos para ti y
para todos los que te rodean.
Aceptar a las personas.
- Predisposición para aceptar a las personas independientemente
de su aspecto, color de piel o raza.
- Intención de respetar y acoger al otro.
Cuando creas que alguien debe cambiar, mira dentro de ti y
pregúntate. ¿Qué estoy haciendo para tener una relación armoniosa con esta
persona? Primero realiza cambios en tu interior. Si trabajas en ti y descubres
que esa persona es negativa, aléjate, pero no hagas ningún comentario con nadie
al respecto. Busca
la manera de crear relaciones nutritivas con los demás y aprende a aceptarlos
tal como son. Entiende que cada ser humano ve, escucha y siente todo
desde su propio punto de vista, que por supuesto, es muy distinto al tuyo.
Aprende que todas las personas requieren de su propio tiempo para crecer,
aprender y desarrollarse. Ama a las personas. Si lo haces, podrás al fin mirar
dentro para descubrir el gran corazón de cada ser humano.