domingo, 13 de abril de 2014

Más cosas de la clase 25

Ejercicios para la flexibilidad física y energética.

Combinan movimientos suaves del cuerpo con la relajación y la respiración. Estos ejercicios mejoran la flexibilidad, la conciencia corporal y la concentración. El organismo se llena de energía y ésta fluye por el cuerpo aumentando nuestra vitalidad. Consiguen una relajación en la que somos conscientes de nuestros movimientos, de nuestro interior y del contacto con el entorno.

Es una “gimnasia” energética que fortalece el cuerpo y la mente distribuyendo de forma equilibrada la energía en nuestro cuerpo. Se debe alcanzar una coordinación armoniosa de estos elementos: movimientos, respiración y concentración de nuestra mente. La respiración debe ser lenta, suave y profunda y nuestra mente debe estar tranquila y centrarse en la práctica.

Respiración
Al respirar, tomamos chi y éste se distribuye por el cuerpo. La respiración debe ser tranquila y natural, ya que está influenciada por las emociones y se ve afectada por las alteraciones importantes de los estados de ánimo:
- Calmar la mente mediante una respiración más o menos profunda; sin inspirar al máximo, para no provocar tensiones innecesarias, será una inspiración que llene los pulmones al 70 % de capacidad aproximadamente.
- Hacer la respiración predominante abdominal y silenciosa para distribuir la energía desde el centro de energía vital (plexo solar), lo cual mejora la concentración y serenidad.
- En cuanto a la respiración en movimiento debemos seguir la siguiente norma: cuando el cuerpo esta recogido se exhala y al tomar aire se extiende el cuerpo.

Preparación del cuerpo
El cuerpo debe estar relajado, esta relajación se inicia en la mente, si la mente está en paz el cuerpo estará relajado, equilibrado y ayudará a la mente a concentrarse. Niveles en la preparación del cuerpo:
1. Identificamos el centro de equilibrio. Los pies ligeramente separados, las rodillas flexionadas y la espalda erguida, la cabeza levemente inclinada hacia delante, los ojos semicerrados, los labios juntos sin presionar y la lengua tocando el paladar.
2. Relajar los músculos y tendones dirigiendo la atención hacia ellos, después relajamos los órganos internos. Si relajamos nuestro interior podremos dirigir la energía y corregir sus desordenes. Tenemos que ser capaces de sentir nuestro cuerpo, de conocerlo y establecer un diálogo interior para eliminar los posibles obstáculos internos a la circulación de energía.
3. Es importante el concepto de enraizamiento, se refiere a la conexión con la energía de la tierra. En los movimientos, las piernas deben estar flexionadas y las plantas de los pies bien "asentadas en el suelo". Debemos bajar el centro de gravedad, así la energía vital se asienta en el centro de energía de nuestro cuerpo y en los centros de energía situados en las plantas de los pies y podremos desarrollar la raíz. Esa raíz nos da estabilidad y nos anclamos al suelo firmes como un gran árbol. A esto le vamos a llamar posición de relajación.
4. Movimientos. Se busca un equilibrio entre el movimiento y la quietud. Los movimientos lentos, la suavidad y la fluidez son claves como contraposición a la rigidez y estancamiento de energía.
Si existe tensión en nuestro cuerpo se bloquea el paso de energía, pero si nuestros movimientos son suaves y estamos relajados la energía fluye. El movimiento de nuestro cuerpo es lento para acompasar a la inspiración y espiración que se hace profunda y lenta, esto favorece un estado de concentración. La transición de un paso a otro se realiza sin movimientos bruscos, todo sucede sin prisas pero sin pausas.

Objetivo.

Expandir el “huevo luminoso” que somos. Se trata de “masajear” la envoltura de energía que nos circunda para que se mantenga equilibrada, para que no haya aglomeraciones de energía por un lado y deficiencia por otro, sino que esté bien repartida.

Para introducirnos en estos ejercicios vamos, en un principio, a combinarlos con ejercicios de respiración yogi. Haremos:
1. Ejercicio de respiración completa.
2. Ejercicio de respiración depurativa
3. Ejercicios para la flexibilidad.
4. Ejercicio de respiración “apoyados en la pared”.
5. Ejercicio de respiración depurativa

Ejercicios para la flexibilidad:

1. Elevar la energía caída. En posición de relajación con los brazos bajados juntar las manos con las palmas hacia arriba. La mano izquierda sobre la mano derecha. Las manos quedarán situadas debajo del plexo solar. Manteniendo el ritmo de respiración suave, subir las manos hasta la posición de “sujetar el cielo”, nos paramos un momento y con los brazos estirados, sin forzar, bajamos las manos hasta la posición de firmes juntando nuevamente las manos. Este ejercicio lo realizamos 3 veces.
Después bajamos las manos hasta el suelo, juntando las manos a ras del suelo, intentando recoger la energía y subirla hasta la posición de “sujetar el cielo”. Repetir el ejercicio otras 3 veces.

2. Presión lateral de la burbuja de energía. Posición de relajación con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Subir las manos hasta situarlas debajo del mentón. Dar un paso lateral con la pierna izquierda sin mover la pierna derecha. Estirar el brazo izquierdo con la palma de la mano hacia fuera empujando suavemente la energía. El cuerpo quedará inclinado hacia la izquierda. Después estiramos el brazo derecho con la palma de la mano hacia fuera sin mover el cuerpo. Una vez los dos brazos estirados, presionamos suavemente un momento y retornamos lentamente a la posición inicial. Repetimos lo mismo hacia el lado derecho. Volver a la situación de partida. Este ejercicio lo hacemos 3 veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario