martes, 26 de febrero de 2013

El tiempo, la intención y la voluntad (lectura para reflexionar).



En el taller 8, día 20/02/2013, llegamos, entre otras, a dos conclusiones importantes sobre el tiempo:
1.-  Para nosotros la esencia de la administración del tiempo no está en cumplir unos horarios y tareas a rajatabla, sino en asegurarnos que nuestras acciones se fundamentan en lo que queremos ser.
2.- Tomaremos el tiempo como una sucesión de eventos. Según la teoría de la relatividad, el evento o suceso es un punto del espacio tiempo. Cada suceso, cada punto, lo fijamos en el presente y mediante el recuerdo lo podemos traer del pasado y proyectarlo al futuro.   

Ahora imaginemos que el tiempo es el espacio en el que nos movemos como campo de energía que somos. Imaginemos que nuestro campo de energía está en una gran tela de araña y que nos movemos mediante los eventos que suceden, cada evento es un punto de sujeción. Sólo conocemos de la tela de araña el pasado y el presente, aunque intuimos que el resto está ahí. Vamos a decir que se dan eventos de dos tipos: Volitivos, los que suceden gracias a nuestra voluntad y no volitivos, aquellos que suceden circunstancialmente.


 
Cada decisión que tomamos es un punto de sujeción en el tiempo. Estas decisiones siempre se dan en el presente, digamos que el presente es el que nos permite realizar acciones y cada acción puede ser un punto de sujeción. Estas acciones pueden ser ejecutadas por cualquiera de los cuatro ámbitos que nos constituyen (físico, mental, energético y espiritual). Mediante el recuerdo podemos “apoyarnos” en cualquier punto de sujeción.

Pongamos un ejemplo: Vamos a empeñar nuestro anillo de casados. La acción de sacar el anillo del bolsillo y ponerlo encima del mostrador está realizada por el ámbito físico. Sentir la tristeza está realizado por el ámbito mental y el darnos cuenta de que es mejor empeñar el anillo por el ámbito espiritual. Estas tres acciones han “marcado” nuestro espacio tiempo y dan información para propósitos de futuro.

La capacidad de recordar nos permite movernos por el espacio tiempo que llamamos pasado, y la selección de puntos de sujeción nos da la información determinada que podamos utilizar en el presente. La intención es la capacidad de proyectar acciones para el espacio de tiempo que llamamos futuro. La voluntad es la fuerza que nos permite hacer.

Si no tenemos una intención clara, si no conocemos los objetivos que queremos alcanzar no podemos planificar nada y nos dispersamos. Cuando nos dispersamos vamos erráticos por la tela de araña, sin saber donde ir. Nuestros puntos de sujeción no obedecen a un plan para alcanzar lo que queremos ser.

Antes de continuar es muy importante que conozcas con toda claridad lo que quieres ser o lo que quieres alcanzar, si no, nos perderemos por el desierto de la tela de araña.

jueves, 21 de febrero de 2013

Taller 8 Acerca del comportamiento



Si quieres hacer el taller reserva un espacio de tiempo de 40 minutos, más o menos. Apaga el teléfono y ponte cómodo. Ahora haz el ejercicio de respiración, puedes apoyarte en el Ejercicio 2 “Respiración completa” .

Hemos comentado la propuesta del pasado taller relacionada con el aspecto, la apariencia, el rol, la higiene y la salud. Hemos acordado que estos cinco elementos pueden constituir lo que denominamos comportamiento. Con los tres primeros nos mostramos e interaccionamos con los demás. Con la higiene controlamos los factores que ejercen o pueden ejercer efectos nocivos sobre nuestra salud, implementando acciones de mejora personal. La salud recoge esos beneficios mediante la “ampliación” de nuestras capacidades para llegar a ser lo que queremos ser. Aquí juega un papel crucial la práctica del acecho. Permítenos resaltar que el comportamiento tiene lugar en el espacio tiempo. Lo expuesto en este punto debe ser un ejercicio de reflexión.

Puedes ayudarte recordando:

Aspecto.- Es lo que mostramos de nosotros al otro. Pero también es lo que nos mostramos a nosotros mismos. Ver El aspecto como herramienta de mejora personal.

Apariencia.- Mostrar al otro, de manera intencionada, algo que no somos. Interpretar el aspecto del otro de manera subjetiva y, por tanto, condicionada. Ver El uso de la apariencia

Rol.- Recursos que utilizamos para protegernos en nuestras relaciones con los demás y que nos ayudan a ocupar un rol (papel) en los grupos sociales en los que participamos.

Higiene.- Conjunto de conocimientos y técnicas que aplicamos para el control de los factores que ejercen o pueden ejercer efectos nocivos sobre nuestra salud.

Salud.- Hemos asumido la definición de René Dubos: "La salud es principalmente una medida de la capacidad de cada persona de hacer o de convertirse en lo que quiere ser".

Antes de continuar puedes hacer el ejercicio de visualización. Este ejercicio lo hemos enfocado a iniciar y potenciar flujos de energía.

También hicimos una reflexión sobre el concepto tiempo. Estamos acostumbrados a relacionar el tiempo con un sistema horario, con el reloj, y creemos que gestionar el tiempo es “parcelar” ese “espacio” para planificar y programar nuestras acciones dentro del marco rígido de nuestro tiempo disponible.

Nuestro interés en el taller era exponer otro punto de vista sobre el tiempo:
- No podemos gestionar el tiempo, lo único que podemos hacer es gestionar qué acciones llevamos a cabo en relación con el sistema horario, con el reloj.
- Para nosotros la esencia de la administración del tiempo no está en cumplir unos horarios y tareas a rajatabla, sino en asegurarnos que nuestras acciones se fundamentan en lo que queremos ser.
- Tomaremos el tiempo como una sucesión de eventos. Según la teoría de la relatividad, el evento o suceso es un punto del espacio tiempo. Cada suceso, cada punto, lo fijamos en el presente y mediante el recuerdo lo podemos traer del pasado y proyectarlo al futuro.   
- El tiempo es el espacio en el que nos desenvolvemos, pasando de un estado a otro. Sin el tiempo no podríamos cambiar.
Reflexiona sobre estas propuestas.

Por último date un premio haciendo la relajación del Ejercicio 8 Relajación física completa. 

Ejercicio 18 El tiempo como recurso.



Para hacer un buen uso del tiempo consideraremos tres aspectos:

1.- Si el tiempo es el espacio donde nos desenvolvemos, deberíamos conocer muy bien qué acciones hemos de desarrollar en ese espacio, ya que ahí, en el tiempo, es donde se nos permite pasar de un estado a otro. Sin el tiempo no podríamos cambiar. Debemos conocer muy bien las metas que queremos alcanzar. Visto así, el tiempo se convierte en uno de los recursos más valiosos.

2.- Para desarrollarnos de manera equilibrada hemos de identificar qué acciones debemos hacer respecto a cada uno de los ámbitos que nos constituyen. No podemos dejar fuera de nuestra planificación a ninguno de ellos.

3.- Somos conscientes del tiempo siempre en el presente. Cada presente, cada momento en que la consciencia asume un nuevo elemento, nos ofrece una oportunidad, que podemos coger o no, por tanto, tenemos a nuestra disposición infinitas oportunidades. (Leer el punto: La vida es una gran oportunidad. Página 161 del libro “Somos energía o la otra vida que no vives”). Para que sea provechosa la oportunidad, nuestras acciones deben estar sometidas a los valores éticos aceptados por la sociedad.

En realidad en el espacio tiempo lo que hacemos es alimentarnos para seguir viviendo, y vivir de manera equilibrada y lo mejor posible. ¿Qué alimentos necesita mi totalidad?.

Acciones para llegar a ser lo que queremos ser.
Ámbito
Necesidad
Acciones
Físico
Respirar aire sano y no contaminado.
Buscar una casa cerca de un parque
Alimentarnos con nutrientes naturales y equilibrados
Comprar alimentos ecológicos
Ejercicio físico.
Hacer gimnasia o andar
Mental
Aceptar lo que es.
No mentir nunca.
Potenciar la risa
Asistir a lugares o espectáculos llenos de humor.
Hablar con los amigos
Reunirse con los amigos todos los días un rato.
Energético
Pensar bien las decisiones
No dejarse llevar por la prisa
Espiritual
Tener paz interior
Relajarse un rato todos los días.
Ampliar la cultura
Leer todos los días un buen libro

El resultado de este ejercicio lo podemos combinar con el “Ejercicio7 para la voluntad dura”. Las acciones detectadas deberían tener una alta prioridad. ¿Qué es más importante realmente?. Se recomienda, incluso es necesario, leer el Ejercicio 7.

Para “aprovechar” bien el tiempo hemos de considerar dos aspectos: la acción a realizar y la calidad de esa acción. Además deberíamos identificar las acciones y su calidad en los cuatro ámbitos.  

Ejercicio 17 Visualización para iniciar y potenciar flujos de energía.



A este ejercicio hay que ir libre de prejuicios. Somos campos de energía y podemos interaccionar con otros campos de energía. Esto no es una proeza ni nada mágico, es algo normal, si nos vemos como campos de energía que somos.

Cuando se nos pide tocar con nuestras manos el tronco del árbol, lo más apropiado es que hagamos el gesto físico de tocarlo, dejarnos llevar por lo que sentimos y después hablar un ratito con él.



domingo, 17 de febrero de 2013

Cómo alimentar la sobriedad.



Estamos habituados a creer que nuestro cuerpo físico es nuestra totalidad. Por eso, en muchas ocasiones, cuando abordamos propuestas de mejora lo hacemos relacionándolas con lo físico. Vamos a intentar enfocar una propuesta de mejora desde los cuatro ámbitos que constituyen nuestra totalidad.

Utilicemos lo que dice el diccionario para hacer nuestro ejercicio de reflexión:
Sobrio.- Que carece de adornos superfluos.
Superfluo.- No necesario, que está de más.

Basándonos en esto podríamos decir que la sobriedad se desarrolla, o potencia, cuando eliminamos lo superfluo, lo que está de más. ¿Cómo tengo de desarrollada mi sobriedad?. Antes de proponer un ejercicio digamos que hay una relación directa entre la sobriedad y el ego. Si tenemos un ego muy desarrollado nuestra sobriedad es mínima. Si tenemos una gran dosis de sobriedad nuestro ego es muy bajo. Todas las tareas que hagamos para reducir nuestro ego o nuestra importancia personal van en beneficio de la sobriedad. Dice Carlos Castaneda: “La sabiduría sin gentileza y el conocimiento sin sobriedad son inútiles”.

La sobriedad la podemos alimentar desde el silencio interior. Cuando observamos nuestro presente sin juzgar ni razonar estamos alimentando la sobriedad. La sobriedad también es un estado de nuestra energía. Mira la imagen adjunta fijamente, sin pensar en nada, solo mírala. Deja que entre en ti “el sentir”, lo que la imagen te da. No trates de definirla, ni de comentarla. Si ahora prestas atención a tu vientre podrás sentir el estado de la energía bajo la influencia de la sobriedad. Como ves no hay nada superfluo. No hay nada de más.




Alimenta tu sobriedad siempre que puedas.

Ejercicio 16 Valorando mi sobriedad.



Hemos de significar que, aunque los recursos están ubicados en un ámbito concreto, también afectan a los otros ámbitos. En el universo todo está relacionado, podríamos decir que hasta entrelazado.

El objetivo de este ejercicio es que tomemos consciencia de la importancia que tiene la sobriedad en nuestras vidas, y valorar si el uso de estos recursos está hecho de manera superflua o excesiva. Esta lista de recursos puede ser modificada o adaptada. El dinero es un recurso, pero también es un recurso mi “voluntad” para controlar mis excesos de ira.  

Cómo está de desarrollada mi sobriedad.
Cómo uso y valoro mis recursos
Valor
P
R
M
Físicos
¿Despilfarro el dinero en cosas innecesarias?.
¿Acumulo bienes de todo género?.
¿Me dejo llevar por el consumo y la publicidad?.
¿Presumo de los bienes materiales que tengo (coche, casa, ropa, etc.)?.
¿El "tener más", "lo más novedoso" o lo "más caro" se convierte en la base de mi seguridad personal?.
¿Como y bebo en exceso?.
¿Me dejo llevar por la pereza y no hago ejercicio?.
¿Me tumbo en el sofá  a dejar pasar el tiempo?


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Mentales
Me dejo llevar a menudo por la ira
Hago esfuerzos para satisfacer mi vanidad.
Cuido mis apariencias (con la intención de mostrar lo que no soy).
Miento para ocultar algunas acciones.





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Energéticos
Me apoyo en la crítica para defenderme.
Me hago la victima para llamar la atención
Defiendo mi importancia personal, aún sin llevar razón



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Espirituales
¿Hablo sólo para que me escuchen aunque no sepa que decir?.
¿Veo espacios de televisión de baja calidad social?.
¿Interrumpo a las personas que hablan para hablar yo?.
¿Odio visitar museos de pintura?.
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Valoraremos como P (poco), R (regular) y M (mucho). Reflexionar sobre la valoración alcanzada. ¿Te consideras una persona sobria?.



sábado, 16 de febrero de 2013

Sin agobios.



He recibido algunos indicios de que algunas personas se pueden sentir agobiadas. 

Este blog pretende ayudar a que las personas puedan abordar un cambio, si lo creen necesario.  O bien, puedan cuestionarse algunas de sus conductas con el fin de relacionarse mejor con su entorno.

Las propuestas que se hacen en el blog hemos de tomarlas con la calma necesaria. Cada persona debe ir a su ritmo. Habrá personas ávidas de contenidos y otras que se sientan sobrepasadas. Cada uno debe tomar aquello que más le beneficia. Este es un camino largo, donde la paciencia y la perseverancia son necesarias. Los cambios se incorporan a nuestra vida diaria sin que nos demos cuenta. En realidad el “cambio” es un conjunto de pequeños cambios que suceden mientras leemos, ejercitamos o simplemente ojeamos las imágenes. No se trata de ser “buenos” para alcanzar una recompensa. Se trata de vivir de manera coherente con lo que sentimos y, de paso, aumentar nuestro “poder personal”.


 
El momento social en el que vivimos está poniendo de manifiesto, prácticamente a diario, la necesidad de hacer un nuevo enfoque de utilización de los recursos, tanto materiales como humanos, entendiendo por humanos, el comportamiento individual y colectivo. Por eso proponemos “acechar” que nuestra conducta discurra bajo una aceptación plena de los valores éticos. El acecho puede ser muy divertido, ya que te da muchas ocasiones de reírte de ti mismo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Sobriedad o el carácter que da el conocimiento.



Vamos a tomar como definición de carácter la dada por J. Santos: “el carácter es el sello que nos identifica y diferencia de nuestros semejantes, producto del aprendizaje social”.

En el taller 7 se propone aprender aprovechando la interacción social con los otros. Esta interacción la realizamos mediante la conducta (comportamiento). Vamos a decir que conducta es: “proceder de una manera determinada”. Los principios que rigen la conducta humana son tres:

- toda conducta obedece a una causa determinada.
- toda conducta es motivada por algo.
- toda conducta persigue un propósito, una finalidad.

En el taller 7 hemos expuesto tres elementos de la conducta:
- lo que mostramos (aspecto).
- lo que aparentamos (apariencia).
- los recursos que utilizamos (rol).


Para hacer bien el ejercicio del taller 7 necesitaremos de la sobriedad, porque la sobriedad nos permitirá distinguir entre un proceder ético, basado en valores, y otro no ético o inmoral. La sobriedad nos ayudará a realizar el ejercicio bajo criterios rectos y verdaderos. Hoy podemos ver en nuestra sociedad una manipulación excesiva de la ideología en provecho personal. Es el momento de exigir a todas las personas que tengan influencia social, y a nosotros mismos, un comportamiento ético.

La sobriedad es el valor que nos enseña a administrar nuestro tiempo y recursos. No solo los recursos materiales, sino también aquellos inherentes a los cuatro ámbitos que nos constituyen (físicos, mentales, energéticos y espirituales), moderando nuestras apetencias para construir una verdadera personalidad. Cuando en una conversación frenamos nuestras ganas de intervenir y escuchamos atentamente al otro, ahí interviene la sobriedad.

La sobriedad, vista desde el campo de energía que somos, se desarrolla cuando eliminamos toda aquella agitación energética superflua, como la queja, la crítica, la sentencia, la defensa de la importancia personal, la apariencia intencionada, la mentira, etc. Si quitamos ese exceso de agitación energética, que por otro lado es totalmente innecesaria y además es nociva para nuestra salud, comenzamos a ser sobrios, comenzamos a comportarnos como una persona de conocimiento. Si queremos disfrutar del poder de la sobriedad, el poder de ver la otra realidad, hemos de eliminar lo superfluo e innecesario en los cuatro ámbitos.

Ejercitar la sobriedad en la realización del ejercicio del taller 7 nos permitirá reconducir nuestro comportamiento bajo la tutela de los valores éticos y, esto, a su vez, nos ayudará a erradicar nuestra importancia personal y a adquirir una personalidad sana.

Veamos un ejemplo:

Identifico como apariencia espiritual que he de tener siempre la última palabra (lo se todo). Esta conducta viene causada porque necesito ser el protagonista (de pequeño no me hacían caso). Me motiva a actuar así mi ego (defensa de mi importancia personal). La finalidad de mi conducta es ser “reconocido” como alguien que sabe (aunque no sepa nada del tema que se trate).

Si hacemos el ejercicio dándonos cuenta del proceso comenzamos a desarrollar nuestra sobriedad.

Todos los ejercicios que estamos haciendo nos llevan a la sobriedad. La sobriedad elimina todas las interferencias que impiden conectarnos con la otra realidad, aunque ésta sea una realidad construida por nuestro empeño.

lunes, 11 de febrero de 2013

El juego del acecho.



Venimos haciendo bastantes trabajos con el observador. Ahora, con los ejercicios del taller 7, seguro que habremos adquirido la práctica necesaria para jugar al acecho.

Todo nuestro comportamiento obedece a la intención. En nosotros, y en nuestro caso, vamos a fijarnos en dos aspectos de la intención que todos llevamos encima: cubrir nuestras necesidades y defender nuestra integridad.

Si reflexionamos sobre los resultados del ejercicio que se propone en el taller 7, veremos que lo que mostramos, la apariencia que adoptamos y el rol que desempeñamos tiene como finalidad alcanzar el propósito de cubrir nuestras necesidades y defender nuestra integridad. Eso además no puede ser de otra manera, está grabado a fuego en nosotros.

La cuestión está en el cómo. De qué manera nos comportamos para alcanzar esa legítima intención sintiéndonos bien. Si aprovechamos el ejemplo que ponemos en el taller 7: “Me muestro violento con frecuencia. Nadie quiere trabajar conmigo”, y analizamos las causas de ese comportamiento, podríamos descubrir que estamos defendiendo nuestro cargo, y que ese cargo es el que me permite cubrir mis necesidades.

Cuando nos damos cuenta de que hemos de cambiar “nuestro rol”, la manera de relacionarnos con el entorno más cercano, tenemos que sustituir ese “rol” por otro más satisfactorio, como el de relajarnos para controlar mejor nuestras emociones. Ahí entra de lleno el juego del acecho.     
Lo primero que hemos de hacer, para jugar bien a este juego, es no tomarnos en serio.

No hay nada tan drástico ni trascendental que no puedas mirar con una sonrisa. El desapego de mirar todo con una sonrisa te da la sobriedad necesaria. Ahí, en el momento de iniciar tu antiguo rol, puedes descubrir lo que el ego trama, y cambiarlo por tu nuevo comportamiento. Se trata de cazar al ego cada vez que intenta manejarte. Solo tienes que pararte un momento, observar lo que intenta sin juzgarlo, reírte y, suavemente, retomar tu nuevo rol

Acechar nuestra conducta, nuestro comportamiento, es como el juego del escondite. Pruébalo, veras que es divertido y reconfortante.

jueves, 7 de febrero de 2013

Taller 7 Aspecto, apariencia, rol, higiene y salud.



El taller, como siempre, lo hemos iniciado con ejercicios de respiración. Hemos colocado en el Ejercicio 2 “Respiración completa” un ejercicio dirigido. Sería de agradecer que lo probéis para ver que tal. Se recomienda oírlo al menos una vez antes de comenzar a trabajar con él.

En el taller de hoy hemos revisado y comentado cinco “herramientas”: aspecto, apariencia, rol, higiene y salud. También hemos reflexionado sobre algunas definiciones de estas herramientas y sus enfoques. Básicamente, todos estos conceptos se relacionan con el cuerpo físico y alguno con la mente, como la salud: salud física y mental.

Nosotros los vamos a ver desde la “incidencia” que puedan tener en los cuatro ámbitos que constituyen nuestra totalidad: físico, mental, energético y espiritual.

Antes de continuar veamos qué enfoques hemos destacado:

Aspecto.- Es lo que mostramos de nosotros al otro. Pero también es lo que nos mostramos a nosotros mismos. Ver El aspecto como herramienta de mejora personal.

Apariencia.- Mostrar al otro, de manera intencionada, algo que no somos. Interpretar el aspecto del otro de manera subjetiva y, por tanto, condicionada. Ver El uso de la apariencia

Rol.- Recursos que utilizamos para protegernos en nuestras relaciones con los demás y que nos ayudan a ocupar un rol (papel) en los grupos sociales en los que participamos.

Higiene.- Conjunto de conocimientos y técnicas que aplicamos para el control de los factores que ejercen o pueden ejercer efectos nocivos sobre nuestra salud.

Salud.- Hemos asumido la definición de René Dubos: "La salud es principalmente una medida de la capacidad de cada persona de hacer o de convertirse en lo que quiere ser".

Coloquialmente ya decimos que tenemos buena, mala o regular salud. En realidad estamos empleándola como medida de nuestra capacidad de hacer.

El trabajo de taller pide que reflexiones sobre cada uno de estos enfoques.

Surgieron dos preguntas que no se si respondimos adecuadamente.
1. ¿Cómo podemos identificar comportamientos en nuestro ámbito energético?.
2. ¿Cómo podemos medir nuestra salud espiritual?.


Por último se propuso hacer un ejercicio para identificar qué mejorar en las “herramientas” aspecto, apariencia y rol. Cómo mejorar eso con la “herramienta” higiene y cómo medir el impacto en la salud como capacidad de hacer.

Ejemplo.
Aspecto (ámbito mental)
Higiene
Salud
Me muestro violento con frecuencia. Nadie quiere trabajar conmigo.
Mediante la relajación consigo controlar mejor mis emociones.
Estoy trabajando mejor en equipo.
Aspecto (ámbito espiritual)
Higiene
Salud
Estoy obsesionado con el futbol. No hablo de otra cosa. Estoy perdiendo a mi pareja.
He comenzado a leer libros de historia. Ahora tengo otros temas para hablar y otro vocabulario.
Me relaciono mejor con mi pareja y mi círculo de amigos.

El ejemplo que hemos puesto nos permite ver que el aspecto, lo que mostramos, no solo se circunscribe a lo físico, sino también a los tres ámbitos restantes.

El comportamiento que muestro tanto en la violencia como en el fanatismo del futbol, no solo es una información para el otro, sino también para mí y esa información, de alguna manera alimenta en mí la violencia y el fanatismo, ya que somos un bucle.

Para el próximo taller nos hemos propuesto como deberes identificar áreas de mejora, según esta tabla.

Qué puedo mejorar de mí.
Aspecto (físico)


Aspecto (mental)


Aspecto (energético)


Aspecto (espiritual)


Apariencia (físico)


Apariencia  (mental)


Apariencia (energético)


Apariencia (espiritual)


Rol (físico)


Rol (mental)


Rol (energético)


Rol (espiritual)



Este ejercicio ya es un ejercicio espiritual estamos ampliando nuestro conocimiento sobre algunos conceptos. En el próximo taller identificaremos la “higiene” a aplicar y el impacto en la salud de lo que hayamos identificado.

Ahora, después de todo este trabajo, date un premio y relájate durante 20 minutos. "Relajación física completa".

Cómo medir la salud espiritual.



¿Qué es para nosotros el espíritu?. En el ámbito espiritual ubicaremos todo aquello que trasciende de los pensamientos y que lo podemos considerar consciencia. La dimensión cognitiva (todo lo relativo al conocimiento) la consideraremos dentro del ámbito espiritual.

También vamos a considerar dentro del ámbito espiritual la “cultura personal adquirida”, ya que con ella podemos movernos con más facilidad en los términos del conocimiento, además permite establecer acciones de mejora en el ámbito espiritual como puede ser el escuchar o el hablar.



Si observamos qué actividades realizamos relacionadas con el conocimiento y la cultura, como libros que leemos, espacios de televisión que vemos, museos, cine, etc., podemos identificar qué aspecto de nuestro espíritu mostramos al otro y por consiguiente a nosotros mismos. Esto también nos ayuda a identificar áreas de mejora y a determinar qué nivel de salud tiene nuestro ámbito espiritual.     

La reflexión y la meditación son la gimnasia del espíritu

La impecabilidad como medida del ámbito energético.



La energía la utilizamos para hacer cosas, para actuar. Lo que podemos observar es el cómo actuamos. Una buena salud en nuestro ámbito energético es que todas nuestras actuaciones sean impecables. Impecable para nosotros seria cometer los menores errores posibles en el uso de la energía.

Un buen uso de la energía viene acompañado de aceptar lo que es y de una correcta toma de decisiones. Cuando procedemos así no generamos “agitación energética”, no nos sentimos culpables. No nos arrepentimos de lo que hemos hecho. A lo sumo lo que hacemos es tomar una nueva decisión.

 Pongamos un ejemplo. Quiero comprar un nuevo coche. Analizo el mercado, mis posibilidades económicas, la calidad del coche elegido y si puede satisfacer mis necesidades. Tomo la decisión de comprarlo, esa toma de decisión es un actuar. He utilizado mi energía. Si el coche sale mal. No me siento culpable, acepto esa posibilidad y tomo otra decisión. Pero no me arrepiento, no me culpo, no agito mi energía. Estoy actuando de manera impecable.

Si me culpo, me dejo llevar por la ira, critico al vendedor y me exalto, estoy haciendo un uso incorrecto de la energía. No estoy siendo impecable. Nuestros actos deben ser premeditados y precisos. Esto nos da sobriedad y determinación para usar correctamente nuestra energía. Esto implica erradicar las situaciones que consumen gran cantidad de nuestra energía, como por ejemplo, no tener un objetivo claro de qué queremos lograr, o permitir que la opinión o el juicio de otras personas nos influyan al punto de afectar nuestros patrones de comportamiento.
   

La higiene como herramienta de mejora personal.



Si nos apoyamos en los ámbitos que nos constituyen deberíamos decir que higiene es: el conjunto de conocimientos y técnicas que utilizamos para el control de los factores que pueden ejercer efectos nocivos sobre la salud de nuestro cuerpo físico, mental, energético y espiritual.

Qué conocimientos y técnicas podemos utilizar para estar “limpios” en estos cuatro ámbitos. Aquí enumeramos algunos:
 
 Cuerpo físico:
- Aseo del cuerpo, utensilios que usamos y lugares.
- Eliminación de hábitos nocivos como el tabaco, alcohol, drogas, etc.
- Prevención de enfermedades contagiosas.
- Control de factores y tensiones ambientales en lugares de trabajo, familia, ciudad.

Mental:
- Gestión y control de las emociones.
- Parar y eliminar los pensamientos desgastantes.
- Eliminar, o al menos reducir, el impacto de las emociones negativas.

Energético:
- Conseguir un comportamiento impecable.
- Eliminar gastos inútiles de energía.
- Reducir la agitación energética producida por el estrés.
 
Espiritual.
- Desarrollar y ampliar el conocimiento
- Escuchar.
- Utilizar adecuadamente la palabra.

lunes, 4 de febrero de 2013

El rol como la puesta en práctica del cambio.



No vamos a extendernos en la definición de rol ni en el papel social que pueda cumplir. Vamos a utilizar “rol” como el “papel” que desempañamos voluntariamente con la intención de defendernos, poner en práctica un cambio en nuestro comportamiento o por asunción de responsabilidades. También podríamos decir que “el rol” es un comportamiento que se ha ido forjando dependiendo en muchos casos de la defensa del ego y, eso, deberíamos identificarlo.

Todos solemos utilizar recursos que nos protegen en nuestras relaciones con los demás y que nos ayudan a ocupar un rol en los grupos sociales en los que participamos. El rol suele responder a la pregunta ¿de qué vas?, normalmente se asume un rol para conseguir algo, por ejemplo: ¿De qué vas?. “Voy de simpático y amable”. ¿Qué consigues con eso?. “Que los demás me quieran”. Deberíamos identificar qué roles asumimos con cada uno de los grupos: Familia de origen (padres hermanos); familia extensa (tíos, primos, etc.); Relaciones libremente elegidas (amigos, pareja, hijos, compañeros de trabajo, etc.).


 Una vez que conocemos y aceptamos los roles que hemos asumido podemos enfrentarnos a los pensamientos que los refuerzan para identificar sus causas más profundas y, a partir de aquí, establecer estrategias de cambio, si las consideramos necesarias. Ya sabemos que cuando cambias la forma de mirar las cosas, las cosas cambian. Si cambiamos nuestros disfraces, cambiará nuestra forma de ser. 

Un rol de defensa puede ser cuando vamos de “enfadados”. Lo que esperamos conseguir con este rol es que nadie se atreva a preguntar qué hacemos, o de donde venimos.

Un rol de asunción de responsabilidades puede ser ir de “líder”. Esperamos dirigir a nuestros colaboradores para alcanzar los objetivos propuestos.

Un rol de cambio puede ser ir de “respetuosos”. Esperamos cambiar nuestro hábito de criticar.    

Si cambio mi máscara de persona que critica a persona que respeta cambiará mi forma de ser.